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La Mariposa Deseosa. Se posó sobre su propia flor… Mariposa vibrador
Cuando se habla de deseos, podemos encontrar variadas situaciones, desde deseos personales, laborales o sociales, por nombrar algunos. También los hay de carácter erótico o sexual, precisamente de eso les contaré en la siguiente situación vivida.
Soy un chico de 22 años de edad sin mucha experiencia sexual, pero con una mente totalmente abierta, mi pareja Sabrina posee algo más de experiencia a sus cortos 21 años de edad.
Cierto día y previa conversación decidimos comprar juguetes sexuales, nos dirigimos a cierto local en las cercanías de la Estación de trenes. El solo hecho de entrar a aquel lugar irradiaba una sensación de no querer salir nunca más de ahí, a mano derecha lubricantes, bromas sexuales, consoladores anales de todo tipo, vibradores, objetos inimaginables y películas. En los alrededores las personas que atendían, de una forma recatada y ofreciendo ayuda a una pareja de extasiados que, por un momento, creyeron que estaban soñando. El solo hecho de ver algo más que solo muñecas inflables y consoladores, nos causó muchísima curiosidad y a la vez seguridad.
- BUTTERFLY FLUTT-HER
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Segundo piso
En el segundo piso el mundo se ampliaba notablemente, una variedad de vibradores, consoladores, juguetes sexuales de todo tipo era una invitación directa a no escapar nunca jamás de aquel lugar. Decididos de antemano a llevar solamente un consolador de bolas anal y unas bolas chinas (previa información obtenida por Internet), algo llamó profundamente la atención de Sabrina, sobre una caja y de manera un poco menos visible que el resto de los artículos se encontraba una mariposa.
Pero, -¿Qué podía tener una mariposa?- me pregunte internamente, la respuesta llegó ante mí de manera brusca, y es que aquella sencilla y delicada mariposa poseía un mini consolador de tamaño medio y además un control que regulaba las vibraciones, con un arnés ajustable a las piernas de mi novia, el objeto no llamó profundamente mi atención, pero si la de Sabrina que no dudó tan solo un segundo para llevarlo, a pesar de ni siquiera tener planeado comprarlo, aquello causó curiosidad en mí.
¿Cómo era posible que ella conociera un objeto del que no estábamos familiarizados? –Pensé- según recordaba solo conocíamos los juguetes “básicos”, llamarlos de alguna forma, deduje de algún modo que aquel artículo debió verlo solamente ella.
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Camino a casa con la mariposa vibrador sexual
Una vez de camino a casa mi novia me observaba de manera un tanto ansiosa, y también la bolsa donde llevávamos la mariposa vibrador además su sonrisa permanente desde el momento que abandonamos el lugar de compras me daba a entender que el asunto iba en serio, y quizá no solamente de curiosidad. Aquello me produjo una mezcla un tanto inexplicable entre morbo e inquietud, más, sin embargo, yo estaba dispuesto a complacerla, y al mismo tiempo a ser cómplice de cualquier juego siniestro o siquiera descabellado que pudieran pasarse por la mente de mi amada novia.
Una vez en casa, el itinerario mental de Sabrina la condujo de inmediato a su habitación, la invitación era clara, de modo que, si no la entendía, simplemente era un idiota o un ingenuo. Mas sin embargo mi cuerpo reaccionaba solo y me dirigía automáticamente hacia la habitación de mi novia, estaba muy excitado, mental y físicamente.
Ya en la habitación noté como arrojó hacia cualquier dirección sus pertenencias (cartera, y cosas sobre la cama) con el fin de desocupar el lugar donde, según yo, estábamos a punto de explorar un terreno poco conocido, y vaya que no me equivoqué. Su mirada daba a entender una calentura de proporciones bíblicas, era como si de su mirada saliera fuego, como si de sus senos salieran manos haciéndome un ademán que invita a acercarme, como si sus piernas quisieran abrazarme y no soltarme jamás, y su entrepierna tuviera un imán, como si fuera completamente de metal.
Pese a todo lo que acabo de narrar, es menester, pensé, tener algo de paciencia.
(Si, a veces puedo llegar a ser muy bruto). Acto seguido se quitó la ropa y comenzó a probar el consolador de bolas anal, contoneándose de un lado a otro, y con ayuda mía, en posición como si de una perrita se tratara, seguimos probando las bolas, pero aquello no fue suficiente, quería más. Luego me insistió a que le colocara las bolas chinas, así lo hice, estuvo unos 5 minutos con ellas en su interior, le gustaron, pero no era suficiente.
Con algo de frustración y resignación me dirigí al baño a mojarme la cara, mientras pensé en que poder hacer para calmar su sed de satisfacción vía juguetes sexuales. A continuación, sentí un zumbido que me inquietó, ¿moscas?, ¿abejas?, ¿un avión pasando?, ¿el motor de un vehículo?, ¿mi celular?, si, debía ser mi celular así que aceleré el paso para verificar quién podía llamarme. Me dirigí a la pieza de Sabrina a contestar mi teléfono celular, no alcancé a entrar y recordé algo, un momento, mi celular estaba en mi bolsillo del pantalón que tenía puesto, y efectivamente ahí estaba, lo miré y nadie llamaba. El zumbido se hacía más fuerte desde donde estaba, claro, solo podía venir desde la pieza de mi novia. Me asomé por la cerradura para ver qué estaba sucediendo y no ser sorprendido, en ese entonces el zumbido dejó de sonar, ¿se habrá dado cuenta que estaba yo ahí?, me pregunté, pero no, miré detenidamente por la cerradura y ahí estaba ella, acostada en la cama con la mariposa vibrador y su pene en su interior atada perfectamente con el arnés propio del juguete, de manera que no podía ser retirado fácilmente, ella durmiendo profundamente y sus piernas escurridas por el líquido de su entrepierna que no dudó en manifestarse a chorros. Era impresionante ver el poder que podía tener un juguete, en una joven algo exigente, pensé en todo esto, y asumí que desde aquel día en adelante debía compartir a mi novia con una mariposa, menos mal que no soy celoso, pensé. Todo esto lo pensé en el balcón, pues opté por permanecer de pie, mientras me fumaba un cigarro, que, dicho sea de paso, tenía un sabor algo más especial que lo normal.
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